Lentejas a la Jardinera
Description
Lentejas a la Jardinera
Las lentejas a la jardinera son mucho más que un simple guiso; son un pilar de la gastronomía española, un plato que evoca el calor del hogar y la sabiduría culinaria transmitida de generación en generación. Esta receta, rebosante de sabor y nutrientes, representa la esencia de la dieta mediterránea: legumbres sustanciosas, una colorida selección de verduras frescas de la huerta y el toque inconfundible del aceite de oliva virgen extra. Su nombre, "a la jardinera", no es casual; es un tributo a la generosidad del jardín, de donde provienen la mayoría de sus ingredientes, creando una sinfonía de sabores y texturas que reconforta el alma y nutre el cuerpo.
Originarias de la cocina casera y popular, las lentejas con verduras se han consolidado como un plato indispensable en el recetario español, especialmente durante los meses más fríos. La base de este guiso es un sofrito lento y cuidadoso, donde hortalizas como la cebolla, el puerro, los pimientos y la zanahoria liberan sus jugos y dulzores naturales, creando una base aromática profunda y compleja. A esta base se le suma la lenteja, tradicionalmente de la variedad pardina por su piel fina y su capacidad para mantenerse entera tras una cocción prolongada, aunque otras variedades también ofrecen excelentes resultados.
El secreto de unas lentejas a la jardinera inolvidables reside en la calidad de los ingredientes y en la paciencia durante la cocción. Un buen aceite de oliva, verduras frescas de temporada y un hervor suave y constante son claves para que todos los sabores se fusionen armoniosamente. Aunque la receta tradicional es un tesoro en sí misma, su versatilidad permite adaptaciones. La adición de un pequeño trozo de tocino o chorizo, como en la versión que presentamos, aporta una capa extra de sabor ahumado y una untuosidad deliciosa que enriquece el conjunto. Para aquellos que buscan una opción más ligera, se puede prescindir de la carne, obteniendo un plato vegetariano igualmente espectacular.
para 4 personas.
Elaboración Paso a Paso
Preparación de las Lentejas
La noche anterior, pon las lentejas en un bol grande y cúbrelas con abundante agua fría. Este paso es fundamental para ablandarlas y reducir el tiempo de cocción. Al día siguiente, escúrrelas y enjuágalas bajo el grifo.
La "Mise en Place" de las Verduras
Lava y pela las zanahorias, el calabacín, la cebolla, el puerro y las patatas. Lava bien los pimientos. Pela los tomates (un truco es hacerles un corte en cruz en la base y sumergirlos 30 segundos en agua hirviendo; la piel saldrá fácilmente). Ahora, con paciencia de cocinero, corta todas las verduras (excepto las patatas) en dados muy finos y uniformes (corte brunoise). Corta las patatas en cubos de tamaño mediano (cachelos).
Preparar el Tocino
Corta el tocino en dados de aproximadamente 1 cm. Este pequeño ingrediente aportará una increíble profundidad de sabor y untuosidad al guiso.
El Sofrito, Base del Sabor
Calienta el aceite de oliva en una cazuela de paredes altas a fuego medio-bajo. Añade la cebolla, el puerro, las zanahorias y los pimientos (las verduras más duras) y sofríelas durante 3-4 minutos hasta que empiecen a ablandarse. Luego, añade el calabacín y el tocino y cocina 5 minutos más hasta que el tocino suelte parte de su grasa y las verduras estén pochadas. Finalmente, incorpora el tomate y cocina un par de minutos más.
Integrar las Lentejas y las Patatas
Añade las lentejas escurridas y las patatas en cubos a la cazuela. Remueve todo bien con una cuchara de madera durante un minuto para que se impregnen de los sabores del sofrito.
La Cocción Lenta
Cubre generosamente todos los ingredientes con agua fría (unos 3-4 dedos por encima). Desmenuza el cubito de caldo de carne sobre el guiso. Sazona con sal y pimienta blanca. Lleva a ebullición y, en cuanto hierva, baja el fuego al mínimo. Tapa la cazuela y deja que el guiso se cocine a fuego muy lento (chup-chup) durante aproximadamente 2 horas, o hasta que las lentejas estén tiernas y el caldo haya espesado a tu gusto. Remueve ocasionalmente para evitar que se peguen.
Servir y Disfrutar
Una vez que las lentejas estén en su punto, pruébalas y rectifica de sal si es necesario. Sírvelas bien calientes en platos hondos, previamente calentados para mantener la temperatura. ¡Un plato para disfrutar con calma!
Datos Nutricionales
Porciones 4
- Cantidad por porción
- Calorías 585kcal
- % Valor diario *
- Grasa total 22g34%
- Grasa saturada 6g30%
- Colesterol 25mg9%
- Sodio 750mg32%
- Potasio 1250mg36%
- Carbohidratos totales 70g24%
- Fibra dietética 18g72%
- Azúcares 10g
- Proteína 28g57%
- Vitamina B12 0.3 mcg
* Los porcentajes de valores diarios se basan en una dieta de 2000 calorías. Su valor diario puede ser mayor o menor según sus necesidades calóricas.
Note
Maridaje de Vinos (España y Europa)
Este guiso de lentejas, con su base de verduras, la estructura de la legumbre y el toque ahumado del tocino, pide un vino que pueda complementar su rusticidad y sabor.
- Vinos de España:
- Tinto Joven o Crianza de Rioja: Un Tempranillo con algo de crianza es la elección clásica. Sus notas de fruta roja, especias suaves y taninos pulidos envuelven el plato sin abrumarlo. Un Crianza aportará la estructura necesaria para el tocino.
- Mencía del Bierzo: Un tinto joven de Mencía, con su frescura, sus notas a fruta roja ácida y su toque mineral, puede ser un contrapunto maravilloso que aligere la contundencia del guiso.
- Vinos de Europa:
- Côtes du Rhône (Francia): Un tinto del sur del Ródano, basado en Garnacha, Syrah y Mourvèdre. Su perfil afrutado, especiado y con notas terrosas se alinea perfectamente con los sabores del guiso.
- Chianti Classico (Italia): Un vino a base de Sangiovese de la Toscana. Su alta acidez, sus sabores a cereza ácida y sus notas terrosas cortarán la grasa del tocino y complementarán el sabor del tomate del sofrito.
- Blauer Zweigelt (Austria): Para una opción más original, este tinto austriaco ofrece sabores a cereza y pimienta, con una buena acidez y taninos suaves, lo que lo hace muy versátil para platos de cuchara como este.
Ideas de Acompañamiento
- Pan Rústico de Masa Madre: Un buen pan con una corteza crujiente es el compañero ideal para mojar en el delicioso caldo del guiso.
- Arroz Blanco Cocido: Servir las lentejas sobre una cama de arroz blanco es una forma clásica de convertirlas en un plato único aún más completo y saciante.
- Ensalada Verde con Vinagreta de Limón: El frescor y la acidez de una ensalada simple de hojas verdes y una vinagreta cítrica proporcionan un contraste perfecto a la calidez y contundencia del guiso.
- Huevo Frito o a la Plancha: Colocar un huevo frito con la yema líquida o un huevo a la plancha encima de las lentejas al servir es un toque final exquisito que añade cremosidad y riqueza.
- Cebolletas en Vinagre o Piparras: El toque ácido y ligeramente picante de unos encurtidos como cebolletas o guindillas vascas (piparras) limpia el paladar y ofrece un contrapunto vibrante a cada cucharada.
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Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Puedo usar una olla a presión para acortar el tiempo?
¡Por supuesto! Si usas una olla a presión, el tiempo de cocción se reduce drásticamente. Una vez que la olla alcance la presión adecuada (generalmente dos anillas o la posición de alta presión), cocina durante unos 15-20 minutos. Sigue las instrucciones de tu olla para la liberación de la presión.
¿Puedo hacer la receta sin remojar las lentejas?
Sí, es posible, especialmente con lentejas pardinas. Sin embargo, el tiempo de cocción aumentará considerablemente (podría necesitar una hora extra o más) y requerirá más agua. El remojo asegura una cocción más uniforme y una mejor textura.
¿Cómo puedo hacer una versión vegetariana/vegana de esta receta?
¡Es muy fácil! Simplemente omite el tocino y sustituye el cubito de caldo de carne por uno de verduras. Para añadir un sabor ahumado, puedes incorporar una cucharadita de pimentón dulce o ahumado al sofrito. El plato seguirá siendo delicioso y sustancioso.
¿Cómo conservo y recaliento las sobras?
Guarda las lentejas en un recipiente hermético en el frigorífico, donde se conservarán perfectamente durante 3-4 días. De hecho, ¡muchos dicen que están aún más ricas al día siguiente! Para recalentarlas, puedes usar el microondas o, preferiblemente, ponerlas en una cazuela a fuego lento con un chorrito de agua si han espesado demasiado.
